
Para poder estar en la casa de Dios sirviéndolo como le agrada, guardando el pacto y que su Gloria este allí siempre, demanda dos cosas: Que tu corazón y tu vida estén circuncidados. Esto quiere decir al descubierto. Lo que las personas ven en ti, tiene que ser lo que Dios ve cuando estas solo/a. Cuidas y sigue en pie el pacto de Dios, al ser una persona íntegra, no teniendo nada que ocultar, descubierto corazón y vida.
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