y que después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios. Lo veré por mí mismo; mis ojos lo verán, no los de otro... (Job 19:26-27)
Que tremenda convicción, aún estando muerto voy a ver a Dios, yo mismo lo veré con mis ojos. Esta convicción tiene que invadir todo tu ser, tener esa confianza y certeza que lo verás. Aumenta en este tiempo la sed por su presencia y por verle. Por que tus ojos naturales lo van a contemplar, verás la hermosura de su santidad y el resplandor de su Gloria.
Que tremenda convicción, aún estando muerto voy a ver a Dios, yo mismo lo veré con mis ojos. Esta convicción tiene que invadir todo tu ser, tener esa confianza y certeza que lo verás. Aumenta en este tiempo la sed por su presencia y por verle. Por que tus ojos naturales lo van a contemplar, verás la hermosura de su santidad y el resplandor de su Gloria.
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