jueves, 4 de mayo de 2017

SEÑALAR A ALGUIEN

En cambio, yo estoy lleno de fortaleza; estoy lleno del espíritu del SEÑOR y lleno de justicia y poder. Por eso puedo decirle a Jacob cuál es su rebelión, y a Israel cuáles son sus pecados.(Miqueas 3:8)
Estamos tan acostumbrados a señalar, de las personas, sus errores o pecados. Que nos olvidamos de los nuestros. Y cuando juzgamos o confrontamos a las personas sin estar llenos del Espíritu Santo, lo estamos haciendo según nuestra propia percepción y no la de Dios. Nuestra justicia es como trapo de inmundicia y  Dios no es glorificado. Pero cuando lo hacemos llenos del Espíritu Santo y en amor eso trae primeramente una confrontación que luego lleva a una transformación o cambio en las personas. La justicia de Dios se manifiesta y el arrepentimiento se produce.

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