«En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.(Zacarías 13:1)
Ese manantial sigue abierto mediante el sacrificio de Jesús en la cruz. Su sangre es el manantial que nos purifica del pecado y la inmundicia de nuestra mente y vida. Dios nos da una nueva oportunidad si es que estamos en estas cosas aún. Solamente tenes que ir al manantial en oración, aceptándole como Señor y Salvador y bebiendo todos los días del manantial de su presencia en intimidad. Jesús es el manantial abierto, para nuestra purificación plena.
Ese manantial sigue abierto mediante el sacrificio de Jesús en la cruz. Su sangre es el manantial que nos purifica del pecado y la inmundicia de nuestra mente y vida. Dios nos da una nueva oportunidad si es que estamos en estas cosas aún. Solamente tenes que ir al manantial en oración, aceptándole como Señor y Salvador y bebiendo todos los días del manantial de su presencia en intimidad. Jesús es el manantial abierto, para nuestra purificación plena.
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