Tremenda la promesa que cargaba el linaje del sacerdote Eli, andar en la presencia de Dios y al servicio en su casa de oración. Pero aconteció que Eli honro más a sus hijos y no a Dios, entonces escucho la sentencia mas dura y triste que pudiera venir de Dios: NUNCA HAGA YO TAL COSA. Aseguremosno de honrar mas a Dios que otras personas, porque una promesa que Dios la realiza se sostiene y mantiene con honra a El.
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