Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiera con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.(San Lucas 7:36)
Me puedo imaginar este cuadro, el fariseo y su familia preocupándose del protocolo de agarrar correctamente los cubiertos y usar servilleta como corresponde y otros detalles más. Pero Jesús fijo su mirada en una mujer que rompió el protocolo, se tiró al piso y con sus lágrimas mojaba sus pies, con sus cabellos los secaba devuelta y lo ungía con perfume. Solamente cuando amas verdaderamente rompes el protocolo con tal de demostrar amor, sin importar lo que otros opinen. Hoy día romper el protocolo es ser un hijo de Dios radical que no sólo se conforma con una prédica de su iglesia o de youtube; sino que busca, anhela a Dios todos los días de su vida y no sólo cuando va a servir o ministrar en su presencia. Rompe protocolo que si lo haces por amor, a Dios le va a agradar esto.
Me puedo imaginar este cuadro, el fariseo y su familia preocupándose del protocolo de agarrar correctamente los cubiertos y usar servilleta como corresponde y otros detalles más. Pero Jesús fijo su mirada en una mujer que rompió el protocolo, se tiró al piso y con sus lágrimas mojaba sus pies, con sus cabellos los secaba devuelta y lo ungía con perfume. Solamente cuando amas verdaderamente rompes el protocolo con tal de demostrar amor, sin importar lo que otros opinen. Hoy día romper el protocolo es ser un hijo de Dios radical que no sólo se conforma con una prédica de su iglesia o de youtube; sino que busca, anhela a Dios todos los días de su vida y no sólo cuando va a servir o ministrar en su presencia. Rompe protocolo que si lo haces por amor, a Dios le va a agradar esto.
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