El panorama no era nada favorable, imagínate que te rodeen 800.000 hombres escogidos, fuertes y valerosos que tendieron emboscada tanto como para atacarte por el frente como por detrás, cuando solamente en numero tu ejercito sea la mitad de los que son tus enemigos, es decir 400.000 hombres. Lo mas probable es que antes que te ataquen, ya te invada incertidumbre, temor, ansiedad y angustia, pero la diferencia se evidencia cuando, al ver esta terrible realidad,ellos pudieron clamar a aquel que decidieron que el Señor seria su Dios y no lo han dejado, así como lo hicieron Jeroboam con esos 800.000 hombres que han establecido a otros dioses en lugar de Dios. Clamaron, por que confiaban y se apoyaban en el Señor, y Dios le dio una gran victoria mientras que los otros fueron humillados y derrotados. Tu decisión de tener al Señor como Dios y no abandonarle, determinará tu gran victoria por más que la realidad te grite que estas en gran desventaja.
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