El profeta Semaías vino ante Roboam y los príncipes de Judá que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: —Así ha dicho Jehová: “Vosotros me habéis dejado, y por eso yo también os he dejado en manos de Sisac.”(2 Crónicas 12:5)
En el mismo capitulo y el versículo 1, se evidencia la causa del porque Dios les abandonó en manos de sus enemigos: cuando Roboam estaba ya firme, consolidado o en la cima con respecto a su reinado, dejó la ley de Dios y todo el pueblo hizo lo mismo. Ocurre usualmente esto: cuando hay desordenes en ciertas áreas de nuestras vidas, buscamos a Dios de todo corazón y de forma sincera, pero al tener firmeza o estabilidad en el trabajo, en la salud, en las relaciones personales, en la economía le abandonamos de vuelta dejando de lado el cumplir con su palabra, es ahí donde corremos el peligroso riesgo de estar en manos enemigas. Si hoy no estas en las manos de Dios, por no cumplir con su palabra, directamente estas en las manos de enemigos que lo único que buscaran a toda costa es hurtar, matar y destruir. Abandonate en las manos del Dios vivo.
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